ALTERNATIVAS PARA EL APROVECHAMIENTO DEL ICOPOR EN BOGOTÁ

23.06.2014 18:15

 Durante millones de años, los residuos nunca fueron un problema pues la naturaleza se encargaba de borrar toda huella de todo residuo generado por cada especie que habitaba el planeta.

Todo seguía un ciclo y se retransformaba. Sin prisa pero sin pausa, los agentes naturales del suelo y del agua, como bacterias, hongos, lombrices, ácaros e insectos se encargaban del reciclaje natural de todo lo orgánico y las plantas del CO2 emitido hacia la atmósfera. El equilibrio se mantenía naturalmente y sin esfuerzo.

Pero el hombre comenzó a llamar materia prima a la naturaleza y a utilizarla de una forma desordenada, inconsciente y excesiva, poniendo como excusa el desarrollo, se empezaron a explotar más y más intensivamente los recursos naturales. Se iniciaba la Era del Consumismo y se transformaba cada vez más la naturaleza, creando productos altamente contaminantes.

Esta sociedad de consumo es a todas luces ambientalmente insostenible. Sus consecuencias sociales y ambientales están a la vista de quien las quiera ver, enferma al planeta y los síntomas se multiplican diariamente. En nuestro afán de satisfacer cada día más nuestras necesidades, nos estamos convirtiendo en una sociedad demasiado práctica, que tiende a ser perezosa, con la excusa de que no nos queda tiempo para nada y por tal motivo diseñamos productos desechables, que como residuo sólido generan un fuerte impacto ambiental.

La materia prima de esos productos desechables, principalmente son derivados del petróleo, por medio de los cuales obtenemos diversos productos plásticos, como vasos, platos, cubiertos y muchos otros elementos.

Así mismo encontramos dentro de esta gran gama de productos desechables, el icopor "poliestireno expandido", que también es muy útil en procesos de logística integrada para el transporte y embalaje de todo tipo de mercancía.

Debido a que el icopor, después de que ha cumplido su fin, se convierte en un residuo sólido con características contaminantes y ocupa mucho espacio en términos de volumen, y adicionalmente su tiempo de biodegradación es mayor a 500 años, se hace necesario buscar alternativas que mitiguen su impacto. Bogotá genera anulamente más de 7.000 toneladas sin contar los desechables de comidas. Hasta ahora pocas personas se han interesado en este material por su poca rentabilidad en la recuperación.

Pero es urgente que autoridades y empresas generadoras asuman un compromiso responsable con la sociedad y el medio ambiente. Se requieren normas que exijan el cabal cumplimiento de que quien contamina paga. En el momento que el reciclaje de icopor sea atractivo económicamente muchos se interesarán por implementar procesos productivos utilizando este material.

JOSELIN CATAÑEDA